El momento más mágico de mi visita ha sido la subida al Templo V. Estaba alli solo, a 60 metros de altura, con la jungla a mis pies. Alla abajo había un mar de árboles que se extendia hasta el horizonte. Tan solo se oían los sonidos que emitían pájaros y monos. Si miraba hacia abajo podia ver los cientos de escalones que llevaban hasta la cima, donde me encontraba.
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