En el Parque Nacional de Manuel Antonio contratamos a un guía para que nos enseñara los animales de la jungla. Vimos osos perezosos, iguanas, mapaches, monos aulladores (que por ciero aúllan como lobos), monos de cara blanca. Suerte del guía porque yo soy incapaz de reconocer a ninguno de estos bichos que se camuflan entre los árboles.
Tuvimos la suerte de toparnos con algo bastante difícil de ver: un perezoso bajando de su árbol-vivienda al suelo para hacer sus necesidades. Por lo visto bajan una vez a la semana y siempre lo hacen junto a su árbol, recompénsando así con su abono al árbol que les da cobijo y alimento. (¿Os imagináis bajando al portal de vuestra casa para hacer lo mismo? jaja). Este es el momento en que el perezoso es más vulnerable, pues con sus lentos movimientos es incapaz de escapar de sus depredadores. En los árboles compite con los monos. Estos no suelen atacar a los perezosos pero sí que agitan las ramas del árbol donde descansan sus enemigos a fin de que caigan al suelo. Qué cabrones...... En cambio el perezoso tiene una cara de buenazo!!!
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