Esta semana he vuelto a Guatemala a visitar dos proyectos que estamos ejecutando con mujeres campesinas del área del Quiché, una de las zonas con mayor población indígena del país. Son artesanas que tejen textiles de algodón y les ayudamos a vender sus productos. Es impresionante el montón de artesanías que se producen en Guatemala: croché, lana, madera, barro, Además muchos diseñadores jóvenes están creando diseños más modernos siempre basados en la tradición, y se hacen cosas muy vendibles y exportables. Nuestro apoyo precisamente se ha basado en la contratación de una diseñadora que adapte los productos fabricados por estas mujeres a los gustos europeos. Además les hemos abierto canales de venta para que puedan exportar.
En Santa Cruz de Quiché coincidimos por la noche con un circo !! Pero no de los de Cirque du Soleil, sino uno de los de toda la vida. Hemos querido hacer un revival y hemos entrado.
Debía hacer 20 años que no iba al circo! Me ha parecido muy muy deprimente. Los pobres animales dan una pena. Los únicos un poco más en forma eran los tigres, que por cierto en un momento dado han protagonizado una rebelión contra el domador y yo ya me los veía encima del público...imaginaos las medidas de seguridad, una valla metálica que le das una patada y se cae..y nosotros en primera fila! El resto de animales de fieros nada: un elefante senil que hizo de extra en Dumbo por lo menos, un hipopótamo que parecía el del anuncio de los pañales de Ausonia de hace 20 años, el pony de pin y pon y un mono con más sarna que piel. La parte de la fauna, como digo, daba pena. Pero en cambio los números protagonizados por los humanos aún tenían su gracia. Hemos visto un lanzador de cuchillos y hachas que casi le rebana la oreja a la tía buena de turno; ahí sí que hemos sufrido, tenía suspense la cosa. También nos ha gustado una contorsionista que era una mezcla de muñeco de goma y niña del exsorcista (en concreto cuando su cabeza gira casi 360 grados)
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