domingo, 26 de abril de 2009

Visita de proyecto en Guatemala

Esta semana he estado en Guatemala visitando un proyecto en Alta Verapaz. Apoyamos a 300 mujeres de muy bajos recursos. Les damos formación y algunos insumos (semillas, vacunas) para que instalen huertos y críen pollos y cerdos. He visitado a varias familias y he podido comprobar las condiciones en las que se encuentran: sus casas están fabricadas con maderos, tienen el suelo de tierra y el techo de fibra vegetal; no tienen electricidad y tampoco agua corriente. En la época de sequía tiene que andar un buen trecho para comprar agua embotellada. Se trata de familias con unos 6 hijos de media, aunque una de las familias que visité tenía 11. El marido suele cultivar café y cardamomo, de los cuales solo hay una cosecha al año. La intalación del huerto y la cría de los animales hará que haya más variedad de comida disponible para la familia, y el excedente lo venderán las mujeres en el mercado.

Este tipo de proyecto, además de conseguir un incremento de ingresos para las mujeres, permite que éstas se abran al resto de la comunidad. Las mujeres que visité son indigenas y apenas hablan español. Son muy tímidas, casi no se socializan (de hecho se escondían cuando nos vieron) y dependen totalmente de sus maridos. A través de estos proyecto se crean grupos de mujeres y se promueve que intercambien experiencias entre ellas, potenciando lo que llamamos en cooperación el empoderamiento de la mujer. El empoderamiento puede ser a nivel individual, es decir conseguir que la mujer tenga mayor poder de decisión frente a su marido y conseguir que sea respetada por éste. También puede tratarse de empoderamiento colectivo, que signfica conseguir que como grupo las mujeres tengan acceso a decisiones que afecten a su comunidad.

sábado, 25 de abril de 2009

Semana Santa en Río de Janeiro

Brasil es un país increíble. Buen rollo y música por doquier. Para mí lo más destacable de este viaje ha sido la música. Hay samba por todos lados y a todas horas. Por su parte Río de Janeiro es una ciudad preciosa, sobretodo por el lugar en el que está ubicada, rodeada de montes verdes y mar.


Viernes:


Meritxell y yo llegamos temprano a Río y nos trasladamos a Ipanema a nuestro albergue que por cierto se llama Girl From Ipanema, jaja. No nos gusta nada la habitación reservada (huele a pis de gato). Estamos un buen rato decidiendo y optamos por quedarnos esa noche en un dormitorio para 8 horrible.


Una vez instalados nos vamos directos a la famosa playa de Ipanema. En el Puesto 9 están los garotos y garotas más “estupendos” de la ciudad. Bueno de hecho comentamos con Meri que hay mas tios buenos que tias buenas. Aquí lo que impera es el culto al cuerpo. Todo el mundo se pasea en bañador por el paseo marítimo luciendo palmito. Yo intento nadar pero hay unas olas de 4 metros, porque ahora empieza el invierno y la temporada de lluvias. De repente desmitifico las famosas playas cariocas (ay mis tranquilos Cayos Cochinos como os echo de menos). De hecho el mar está tan movido que hay helicópteros sobrevolando las playas. Somos testigos de un rescate en directo: un helicópero lanza uan especie de red a un surfero y le deja en la playa sano y salvo. Pues sí que cuenta con presupuesto el ayuntamiento de Río!! En Barcelona te rescatan con una zodiac de juguete.


Andamos un rato por el paseo marítimo y podemos apreciar el maravilloso entorno natural en el que está “metido” Río: rodeada de altos y frondosos montes y totalmente mirando al mar (no como la mayor parte de ciudades costeras). Por la noche nos vamos a Lapa, barrio del casco antiguo famoso por sus bares y clubs de samba.


Cenamos en la calle como en España y entramos en el Carioca da Gema, un club de samba en directo. Aunque allí la bebida oficial sea la cachaça, nosotros fieles a nuestro espíritu catracho, nos emborrachamos con ron con cola. Tocan dos grupos. Buenísimo. Meri aprende a mover el culito al son de la samba y eso atrae a un par de chicos que la buitrean descaradamente.


Conocemos a una pareja de Pernambuco (de donde es Carlinhos!!) y nos emborrachamos con ellos. Al día siguiente amanezco con una foto en el bolsillo de los cuatro que nos tomó un fotógrafo.



Sábado:


Nos levantamos a las dos de la tarde (empezamos bien…). Comemos en Ipanema en un bar con aire londinense. El nivel de bares y restaurante de esta ciudad es altisimo, auqnue también hay muchos sitios cutres turisticos, pero esos están en la playa de Copacabana. Luego vamos a visitar el barrio bohemio de Santa Teresa. Me recuerda a Lisboa. Hay calles empedradas, tranvías amarillos, buenos restaurantes y tiendas originales. Comemos en el restaurante Aprazivel, recomendado por mi amigo Fabio. Una pasada: ambiente un poco pijo pero una ubicación privilegiada, con una decoración étnica muy cool y una comida deliciosa. Meri y yo somos felices.


Seguimos paseando por el barrio y nos topamos con una gran casa del s XIX reconvertida en café-librería, con un aire decadente muy cubano. Mientras Meri saca fotos, yo me tomo un ronsito (me resisto a la cachaça) en la terraza mientras escucho a un grupo de mujeres que tocan samba. Vuelvo a ser feliz.


De ahí nos vamos a un cibercafé y mientras estamos chequeando mails, oímos música de trombones y trompetas que viene de cerca: acaba de aparecer una orquesta y se improvisa una fiesta en la misma calle, a las 6 de la tarde! Gente bailando, sonrisas, cervejas. Me encanta Río. A Meri los de la banda le piden que les haga un reportaje fotográfico. Surrealismo de buen rollo. Nos encontramos con unos chicos de Sao Paulo que conocimos ayer y nos invitan a una barbacoa allí cerquita. Estos brasileños son la hostia.


Nos quedamos solo un rato y después Meri y yo volvemos a Lapa, para ir a Rio Scenario, el “templo de la samba” (el Bamboo de la samba) que nos han recomendado, pero hay una cola de 2 horas (habitual cada sábado) y desistimos.


Domingo:


Nos volvemos a levantar a eso de las dos de la tarde, horario totalmente español. La ventaja es que nunca coincidimos con los mochileros del albergue. Meri y yo empezamos a tener la sensación de que hemos venido a Río a hacer turismo nocturno, pero nos gusta la idea.


Visitamos el famoso mirador de Pao de Açucar. El tiempo no es el mejor, está algo nublado, pero da igual: subimos en un moderno teleférico (referencia cinéfila: el de la peli Moonraker de 007) y al llegar a la cima nos esperan unas vistas increíbles de Río. Creo que es la vista panorámica más bonita que he visto de una ciudad.


Volvemos a Ipanema y en un bar conocemos a un grupo de gays muy divertidos. Uno es español y el resto son franceses. Nos bebemos unas cervezas con ellos y a las 10 nos vamos al albergue, pues nos hemos apuntado a una visita turística nocturna: vamos a una favela funky party. Resulta ser un timo: la fiesta es en la afueras de Río, en una macro-disco que teóricamente debía estar a tope pero en cambio no hay ni dios y además huele a meado todo el recinto! Solo estamos los 15 guiris timados y unos pocos brasileños. Yo decido volverme en taxi a Rio y dejo a Meri en buenas manos con un australiano y unas gringas.


Lunes:


Nos levantamos tarde de nuevo pero nos da tiempo de subir al Cristo de Corcovado, también llamado el Redentor (esa palabra impone un poco, no?). Desde allí hay una vistas alucinantes. Definitivamente lo mejor de esta ciudad (a parte de la samba) son sus vistas.


Por la tarde visitamos el ba

rrio de Leblon, que recuerda mucho a Barcelona. No tiene mucho interés turístico pero es un barrio agradable para pasear e ir de compras, dos cosas que no solemos hacer en Tegus. Hacemos un poco de shopping. Yo me compro un libro de saramago en portugués, pues me apetece aprender esta lengua. Luego cenamos sushi. Brasil es conocido por su buenos restaurantes japoneses, por lo visto recibió a principios de siglo un millón de inmigrantes de Japón. Mientras cenamos pasan por delante nuestros 6 amigos gays y charlamos un rato. Ellos están encantados con Meri, que representa su prototipo de mujer ideal, jaja. Ella obviamente también está encantada de recibir tantos elogios. Nos acostamos temprano porque estamos agotados de tanta marcha.


Martes:


Ultimo día para Meri. Decidimos visitar Botafogo, un barrio que nos ha recomendado lunos amigos, pero no hay nada especial y volvemos a Santa Teresa de compras. De allí bajamos a Lapa y esta vez sí conseguimos entrar en Rio Scenario. Se trata de un restaurante-disco-bar de tres pisos decorado de forma ecléctica pero con mucha clase. Cenamos con el sonido de fondo de una banda que toca jazz. Qué buen rollo. Después toca un grupo más animado y bailamos samba un rato, pero estamos agotados y nos vamos al hotel, pues mañana hay que madrugar.






















Miércoles:


Meri se vuelve a Tegus y yo me voy a Sao Paulo a visitar a mi amigo Fernando, que conocí en India. Me hace mucha ilusión verle pues no sabía si volveríamos a encontrarnos. He aqui la foto del antes (en Hampi, India) y del después (2 años más tarde en Sao Paulo)

Lo primero que puedo comprobar es que en esta ciudad de 16 millones de habitantes el tráfico está constantemente colapsado. Fernando se mueve en bici por la ciudad, una gran idea. Me deja una bici y pedaleamos, arriegando nuestras vidas hasta el Parque do Ibirapuera, diseñado por el famosos arquitecto Niemeyer. Allí me quedo prendado del Auditorio, también construido por este arquitecto. Tiene una fascinante puerta en forma de lengua de metal de color rojo.


Después de la bici toca yoga. Fernando y yo compartimos esa aficicón y me lleva a una escuela de una amiga suya, Andrea, la chica más flexible que jamás he visto; sus posturas rallan casi el contorsionismo!


Jueves:


Comemos en casa de Andrea con su familia y entre tanto grito y gente hablando al mismo tiempo me siento como en España.


Por la noche salimos con Fernando a un bar con música en vivo, para variar. Es increíble lo musical que es este país. En este sentido me recuerda a Cuba.


Viernes:


De vuelta en Río, decido visitar el centro de la ciudad. Meri, lo que te has perdido!! La verdad es que no sabíamos que el centro fuera interesante y lo habíamos descartado, pero es muy chulo. Combina rascacielos altos con antiguos edificios como la Catedral o el Palacio Nacional. Además como es zona comercial y de oficinas, tiene muchísima vidilla y un montón de sitios donde comer.


Luego vuelvo al Pao de Açucar. Repito visita pero esta vez voy por la tarde para ver la puesta de sol, pues hoy casi no hay nubes. Y vaya puesta de sol!!! Eu adoro o Rio!!
















Conozno a un chico mochilero de Suecia y me vuelvo con él a Ipanema. No he reservado habitación porque me voy a las 3 de la mañana y pienso empalmar. Solo voy a dejar la mochila en mi antiguo albergue y a reservar un taxi. De camino para allá nos encontramos al famoso grupito gay. jaja, parecen las dueñas de Ipanema. Me cuntan que tienen un billete abierto de vuelta a París y que llevan tres días yendo al aeropuerto intenatndo conseguir un asiento pero está todo completo. Total, que están "atrapados" en Río! Pues vaya suerte. Con ellos está Benjamin, un chico croata que habla perfectamente español. El, el sueco y yo nos vamos a cenar y de marcha otra vez a Lapa.


Hoy es sábado y el espectaculo me recuerda tanto a España: toda la zona de Lapa está llena de gente comiendo y bebiendo en la calle. Nos metemos en una especie de centro cultural y coincidimos con una sesión de capoeira. Luego en una terraza un grupo improvisa samba (de hecho le llaman pagode) y se monta un fiestón alucinante. Empieza a aparecer gente, cervezas, cachaça, samba…dios qué divertido.


A las 3, como cenicienta, estoy en el taxi, que me llevará al aeropuerto, y de allí para Tegus.