sábado, 15 de agosto de 2009

Visita de mi amigo Unai a Honduras

Hace un par de semanas vino mi amigo Unai a visitarme a Honduras y a realizar un voluntariado de un mes en la Moskitia. De hecho volamos juntos desde Barcelona hasta Tegus y de allí le llevé a ver varios proyectos nuestros.

En primer lugar visitamos una microempresa de mujeres que fabrican papel orgánico a partir de hojas y fibras vegetales. Son muy emprendedoras y llevan tiempo con el negocio pero producen el papel en casa de una de las socias en condiciones pésimas. En un pequeño patio de la casa tienen ollas hirviendo, hojas fermentando, bandejas con papel secandose, etc. Su sueño siempre ha sido trasladar la empresa a un local donde poder trabajar de manera más limpia, ordenada y segura. Con apoyo de nuestra organización comprarán algunos utensilios que necesitan y madera y materiales para construir la pequeña planta de procesamiento, que se ubicará en un solar que alquilarán frente a la casa en la que trabajan ahora. También les apoyaremos en la legalización de su empresa. En Honduras la mayor pate de la economía es informal y desde Codespa siempre intentamos contribuir a la formalización, apoyando a las microempresas para que legalicen sus negocios.

Tanto a Unai como a mi nos encantó al visita de este grupo de mujeres: da gusto ver su optimismo y su espíritu emprendedor. Lo más entrañable de la visita fue conocer a la madre de una de las socias, una divertida y marchosa viejecita de 84 años, famosa en la comunidad desde hace décadas por sus famosos panes (bollos). Además es medio artista y antes de irnos nos recitó una graciosa poesía. Este tipo de visitas son las que me recuerdan que, pese a inundaciones, terremotos, golpes de estado y demás, aún hay mucha gente pobre en Honduras capaz de seguir adelante con optimismo.

Del Oriente del país seguimos hacia el Occidente, en las montañas de Marcala, tierra famosa por su café. Allí visitamos a la cooperativa de mujeres indígenas COMUCAP. Se trata de una organización que lleva años luchando por sus derechos. Ellas han sido siempre doblemente marginadas, por ser mujeres y por ser indígenas. Su espíritu luchador las ha llevado a participar en las manifestaciones contra el golpe de estado. De hecho su vicepresidenta fue recientemente golpeada y detenida por la policia, simplemente por manifestarse. Esta organización, como muchas otras que luchan por los derechos de determinados colectivos, están bajo el punto de mira de la policía , y cada vez que viajan en grupo en coche, las para la policía para interrogarlas.

COMUCAP produce café orgánico y aloe vera., que en Honduras se llama sábila. este último producto es el que nosotros apoyamos. Las mujeres cultivan esta planta en sus tierras y luego la llevan a un local donde se procesa y se convierte en jugo de aloe vera, una bebida con propiedades medicinales, y también en jabón y champú. Con Unai visitamos esta planta procesadora. Se trata de un pequeña fábrica totalmente profesionalizada, con sus normas de higiene e inocuidad, donde las mujeres producen los derivados de aloe vera que luego se venederán en mercado nacional e internacional.

Lo interesante de este proyecto es que esta realizado por y para mujeres. Ellas han tenido que superar muchos obstáculos: desde conseguir tierra en propiedad (hay pocas mujeres propietarias en Honduras), pasando por formarse para ser ellas solas las que cultiven la aloe vera (cultivar es una actividad considerada "de hombres") hasta tener su propia planta profesionalizada (más moderna que la mayoría de negocios "de hombres" de la zona).

Nuestra última visita es en Comayagua, antigua capital del país. Allí se encuentra PROENOVIS, asociación de ciegos que, entre otras cosas, ayudan a los ciegos a generar sus propios ingresos. Una de las actividades que realizan es apoyar a ciegos de zonas rurales para que tengan su pequeño negocio de engorde de cerditos. Se les construye un pequeño corral, se les forma y se les entregan 3 cerditos. Los ciegos los engordan y al cabo de 4 meses los venden. Los ingresos de esa venta, descontado el coste del cerdito, sonj para ellos. La idea es que reinviertan esa ganancia en la compra de otros 3 cerditos, para seguir el ciclo de engorde.

Una de las personas que visitamos fue un chico con discapacidad mental además de ceguera. Conversamos con él y nos dijo que antes nunca había trabajado en nada y estaba contento porque ahora el solito puede engordar los cerditos y sentirse útil.

En la foto, Unai jugando con un cerdito.



No hay comentarios: