Empresas de crédito comunal

Muchas de las personas de bajos recursos de Guatemala viven en zonas rurales de difícil acceso. En estos pueblos no hay sucursales de bancos, pues no consideran que pueda ser rentable sus operaciones allí. Cuando alguien quiere pedir un préstamo tiene que bajar a la ciudad , a varias horas de camino. Además le suele resultar muy dificil conseguir un crédito, pues los bancos les consideran un colectivo de riesgo. En la zona de Cobán, en el norte, los campesinos se unen para crear pequeñas empresas de crédito comunal. Los socios (unos 25 por pueblo) aportan dinero a un fondo común. Ese fondo se utiliza para prestar dinero. Los que solicitan el crédito pueden dar como garantía cualquier activo: una bicicleta, un cerdo, una máquina de coser. Los intereses son altos, del 25%, pero el sistema funciona. Entre todos los socios deciden cuánto dinero prestan a cada persona, qué interés le cobran y el plazo de devolución. La tasa de morosidad es de menos del 5%. Una lección para la banca tradicional. .

Cuando visitamos esta comunidad algunos socios estaban comprando acciones de 50 quetzales (menos de 2 euros). A uno de los socios se le había dado un préstamo de 300 quetzales (30 euros) para comprar pollitos que engordaría y luego vendería.
Gracias a este sistema de crédito muchas mujeres acceden por primera vez a un préstamo con el que empiezan un negocio, lo que les permite ser más valoradas a nivel social y frente a sus maridos Por aquí la autoestima no abunda y conseguir crear una microempresa para una mujer es todo un hito.