La visita a Tikal no sólo vale la pena por los restos arqueológicos. En esta jungla hay una gran diversidad de flora y fauna. Me he cruzado con un ciervo por el camino, también he visto muchos monos colgados de lo alto de los árboles y alguna iguana. También había, aunque sólo los he oído, loros, guacamayos y tucanes. No soy muy bueno identificando pájaros camuflados; probablemente si hubiera tenido un guía conmigo habría desfrutado más de la fauna local. Los árboles son altísimos, algunos con raíces que se extienden sobre el suelo como si de serpientes se tratara.
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