Ayer estuve todo el día con un fuerte dolor de muelas. Esta mañana el dolor persisitía y yo, que no suelo tener problemas con los dientes, he decidido escaparme al mediodía a ver a mi dentista Deisy. La conocí hace un mes, cuando fui a hacerme una limpieza bucal. Aquel día ella acabó convenciéndome, con su mezcla de dialéctica y dulzura, para que me arreglara dos caries, mientras veía la tele por cable con unos auriculares última generación. De la visita me quedó más la impresión de estar en una sala de masajes que en un dentista.
Pues bien, esta medíodía he ido a consultar a Deisy sobre mi dolor de muelas. De nuevo gracias a su poder convicción, ha acabado sacándome las dos muelas del juicio de arriba, así, como quien no quiere la cosa. Lo más increíble es que ha tardado exactamente un minuto y medio para una muela y dos para la otra. Todo por el equivalente a 40 euros!! Deisy me ha comentado que en un trabajo anterior atendía a 40 pacientes de una zona rural por día y le tocaba extraer muelas en cadena, lo que le dio unas tablas...
La verdad es que ha hecho un buen trabajo. Después de la improvisada operación he podido ir a trabajar tranquilamente y ahora me encuentro muy bien. Ni se me han hinchado la cara ni nada; todo un misterio.
Y aquí tenéis el fruto de la extracción. Sé que es un poco asqueroso pero he pesando que es una anécdota divertida para el blog. Hoy tengo una parte de mi cuerpo menos, pero sigo siendo el mismo. Voy a poner las muelas bajo la almohada esta noche a ver si el ratóncito Pérez hondureño me financia el viaje a Cuba.
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