El plan del domingo era subir otro volcán, el Maderas. Yo no estaba preparado psocológicamente para andar 8 horas y decidí poner rumbo a San Juan, pueblo costero y surfero. Lo que me gusta de Nicaragua es que puedes visitar los lugares más importantes con facilidad y en poco tiempo, pues todo está cerca. A San Juan llegué en tres horas de buses locales, toda una experiencia. Todavía tuve tiempo para tomar una clase de surf.
Para mi esto del surf siempre ha sido un mito. El año pasado en Sri Lanka lo probé por primera vez y me quedó el gusanillo de seuir intentándolo. Esta zona del Pacífico centroamericano es meca de surferos, pues hay olas muy altas. La clase fue bastante bien y conseguí mantenerme de pie varias veces. pero ello a costa de caerme constantemente. En una de las caídas fui a incrustrar literalmente mi cara contra el suelo de arena. Noté un creck y me asusté bastante. También noté bastante escozor en la cara pero no había sangre. Decidí dejar el surf al menos para el resto del día. Está claro que uno ya no va teniendo edad según para qué chorradas. Pero es una pena porque yo seré bastante torpe en tierra firme, pero en el agua soy bastante pez, y tengo la sensación de que esto del surf se ma daría bien. Ay, quien hubiera nacido en California en vez de Catalunya.
Compartí el taxi de vuelta desde la playa con un chico americano, con el que luego fui a cenar. Ha decidio cambiar de vida (me suena la historia jaja) y está de año sabático por América. Yo le hablé de mi gran experiencia en la India, que es mi tema super recurrido en estos casos.
Me invitó a surfear con el el día siguiente a las 5 de la mañana pero yo tenía el cuello totalmente rígido y una herida en la cara bastante grande, por lo que opté por rechazar la invitación educadamente. Bueno además que me busquen a mí a esas horas de la madrugada pa meterme en el mar....
La mañana siguiente me levanté hecho polvo pero a medida que avanzaba el día el cuello mejoró. Eso sí, se me había fastidiado el día de playa, por lo que decidí volverme un poco antes a Managua.
Pero no desisto. Voy a ver si encuentro en Honduras lo que llaman un surf mate, o sea un colega para ir a surfear que empiece desde cero como yo.
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