martes, 13 de mayo de 2008

Cuba: El Museo de la Revolución

Una de las visitas obligadas de La Habana si uno tiene una cierta inquietud política y no se dedica sólo a tomar mojitos en Varadero, es la visita del Museo de la Revolución. En el se relata la historia de Cuba, haciendo especial énfasis a la etapa de la Revolución. No deja de ser curioso el poco espacio que se dedica a la historia antigua del país, aunque, el nombre del museo no engaña, estamos ante un lugar donde se lleva acabo apología del sistema, para lo bueno y para lo malo, y hablar de la Revolución es lo que prima.

A medida que uno lee los textos y observa las fotografías del museo puede llegar a comprender las condiciones que hicieron que surgiera la Revolución. No muy distintas por cierto de las condiciones actuales en países como Honduras, Guatemala o El Salvador: gobiernos corruptos liderados por las oligarquías títeres de los USA; grandes desigualdades sociales; concentración de la tierra en pocas manos. No apoyo la violencia bajo ningún concepto pero puedo llegar a entender lo que movió a Fidel Castro y su gente a tomar las armas contra Batista.



Quizás la diferencia está en que en Honduras uno puede decir lo que piensa sin ir a la cárcel. Pero esa protesta quedará en el aire, nadie la escuchará, el sistema la silenciará. Yo lo veo de esta manera. Paseas tranquilamente por la calle con tu ipod comiendote un helado enorme y de repente te sorprende ver a dos personas en dos escaparates.Una, la cubana, está callada, con cara de miedo y te mira fijamente. La otra, la hondureña tiene cara de indignación y parece que está gritando algo, pero no puedes oirla. El efecto es el mismo: silencio absoluto.

¿Qué sistema es mejor en Latinoamérica? Sinceramente no lo sé. Y ese es un tema que me obsesiona desde que empecé a dedicarme a esto de la cooperación. He tenido la oportunidad de ver la peor cara del modelo capitalista: la de los cientos de miles de chabolas de Bombay o Ciudad de Guatemala, la de la marginación extrema de las mujeres en la India rural o en las montañas hondureñas. Esa pobreza y marginación no las he visto en Cuba. Pero en India o Centroamérica he conocido a grupos de personas que gracias a su iniciativa y esfuerzo han conseguido prosperar y escalar socialmente. Eso en Cuba no lo he visto.

A veces ponemos nuestro fabuloso sistema europeo como modelo. Pero ¿es realmente tan bueno y democrático? Entonces ¿por qué se siguen realizando barbaridades ecológicas como los macro-proyectos turísticos de Los Monegros o la costa Murciana? ¿por qué nuestro genial sistema es incapaz de asegurar una vivienda digna y barata a sus jóvenes? ¿por qué en nuestra burguesa y pseudo-progresista Barcelona los gays pueden ir de la mano por la calle pero uno no puede sentarse en un banco de un parque a beberse una cerveza sin que le multen?¿porque nuestro super presidente ZP sigue deportando a visitantes (ni siquiera emigrantes) centroamericanos con papeles después de encerralos en un cuartucho del aeropuerto?

A veces me parece que el mundo está loco loco, como decía la película. Lo malo es que hoy por hoy no se encuentra cura para tal demencia. Y mientrastanto un montón de gente está bien jodida.

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