Otro de los eventos culturales que promovió hace poco el Centro Cultural de España es un espectáculo de teatro en la calle organizado por la compañía española Zanguato. Actuaron en el Parque Central, en el centro de Tegus. Teóricamente es una zona poco segura y el Ayuntamiento organiza constantemente eventos para animar a la gente a acudir al centro.
El show que montaron estos chicos fue genial: una mezcla de vodevil y cabaret. Desde el primer momento se pusieron al público en el bolsillo. La obra empezó como una comedia de situación pero poco a poco se fue transformando en un divertido musical.
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De repente algo sucedió. Estábamos todos aplaudiendo uno de los numeritos musicales cuando de repente una parte del público abrió un corro. La gente empezó a correr asustada. De repente lo vimos: un hombre acababa de ser atacado con un cuchillo. Se levantó de su silla y empezó a andar desorientado con la mano en su cuello; de él salía un chorro de sangre. Rápidamente un policía le atendió. Otros persiguieron al maleante y le atraparon.
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Los actores observaban la situación entre perplejos y emocionados. La chica que tocaba el piano empezó a llorar, pero consiguió controlarse. Hubo confusión, nadie sabía qué hacer. El público, aunque se había dispersado, seguía cerca del escenario. Finalmente se decidió continuar con la obra. The show must go on, nunca mejor dicho.
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Supongo que fue duro para los actores seguir con la comedia y las canciones como si no hubiera pasado nada, pero demostraron mucha profesionalidad. Eso sí, acabado el espectáculo algunos se dejaron llevar por la emoción.
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Como parte del público me fue algo difícil seguir pendiente de la obra. Tenía la psicosis de que cualquier persona podía aparecer por atrás y cortarme el cuello. Pero del mismo modo que los actores se comprometieron a seguir, nosotros, el público, también lo hicimos.
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Cuando todo acabó y la gente se dispersó, en la plaza quedó una gran mancha de sangre, testimonio de lo sucedido. No supimos más del hombre herido, esperamos que pudiera salvarse. Esta situación nos recordó, a los españoles que llevamos un tiempo en Tegus, que la violencia sigue presente en el día a día, aunque en nuestra rutina diaria no la vivamos.
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