Aunque la República de Honduras había sido proclamada en 1838, hasta 1982 no se constituye como república democrática con las primeras elecciones libres. A pesar de haber sido un país pacífico que no ha tenido conflictos bélicos internos como sus vecinos, sí le ha tocado sufrir las consecuencias de éstos: refugiados, desplazados. Se calcula que, en la década de los 80, entraron a Honduras unos 200.000 refugiados. Además, cerca de 22.000 hondureños tuvieron que desplazarse debido a la presencia de la contra a lo largo de la frontera.
En los años 80 y principios de los 90 muchos estudiantes, intelectuales, líderes campesinos, trabajadores y activistas de derechos humanos fueron víctimas de asesinatos, torturas y detenciones arbitrarias. El nivel de corrupción de las Fuerzas Armadas es grande.
La mayor parte de la población es mestiza. Sin embargo existen varios grupos étnicos una minoría indígena (10%) y una minoría negra (2%) que se presentan en siete grupos: tawahkas, pech, misquitos, garífunas, chortís, lencas y tolupanes.
Se calcula que el 80% de la población vive en la pobreza. Las mujeres sufren discriminaciones, los grupos indígenas permanecen apartados y marginados, la libertad de prensa es relativa.
El 34% de la población no tiene acceso a los servicios sanitarios. La Seguridad Social solo cubre al 12% de la población activa.
El Huracán Mitch, en octubre de 1998, vino a destapar y agravar los numerosos problemas de este país desconocido y pobre. Todavía hoy, esta catástrofe está muy presente en la población y las condiciones de vida de la mayoría se han endurecido.
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